separa la ropa blanca de la ropa de color antes de lavarla. Lavar la ropa blanca por separado evita que los colores se trasfieran y ayudara a mantener la blancura.
Utiliza un detergente de alta calidad diseñado para ropa blanca. Los detergentes específicos para la ropa blanca usualmente contienen blanqueadores ópticos que ayudan a realzar el brillo de los blancos.
No sobrecargues la lavadora. Deja suficiente espacio para que la ropa se mueva libremente y permita que el detergente y el agua hagan su trabajo de manera eficiente.
Utiliza un ciclo de lavado completo y un ciclo de enjuague adicional para garantizar que se eliminen los residuos de detergente y que la ropa se enjuague completamente.
Si deseas blanquear tus blancos de forma segura, utiliza blanqueador sin cloro. Sigue las instrucciones del producto y evita el uso excesivo, ya que puede dañar las fibras y reducir la vida útil de las toallas.
Tiende la ropa blanca al sol después de lavarla. La luz solar natural puede ayudar a eliminar manchas y realzar la blancura de las prendas.
Tratar las manchas inmediatamente para evitar que se fijen en las toallas blancas. Remoja e utiliza un quitamanchas adecuado antes del lavado.
Asegúrate de que tu lavadora este limpia y libre de residuos para evitar que los restos de suciedad o detergente se trasfieran a las toallas blancas.
No olvides leer las etiquetas con las instrucciones de lavado.